Es realmente sorprendente la frecuencia con la que se hace esta pregunta. Esta pregunta supone que la Biblia está llena de contradicciones que harían imposible creer en el origen divino de la Biblia. Es una actitud popular afirmar que la Biblia se contradice, lo que arroja considerables dudas sobre su credibilidad.

Si la Biblia realmente contiene errores demostrables, probaría que al menos estas partes no pueden provenir de un Dios perfecto y omnisciente. No cuestionamos esta conclusión, sino más bien la premisa original de que las Escrituras están llenas de errores. Es muy fácil acusar a la Biblia de ser inexacta, pero otra muy distinta es demostrarlo.

Ciertos pasajes parecen a primera vista contradictorios, pero un examen más detenido muestra que no es así.

Una de las cosas que exigimos ante posibles contradicciones es equidad. No debemos restar importancia ni exagerar el problema, y ​​siempre debemos esperar darle al autor el beneficio de la duda. Ésta es la regla en el resto de la literatura, y exigimos que también lo sea aquí. A menudo encontramos que la gente quiere aplicar reglas diferentes cuando se trata de examinar la Biblia, y abordamos esto de inmediato.

¿En qué consiste una contradicción? El principio de contradicción excluida, base de todo pensamiento lógico, establece que una cosa no puede ser A y no A al mismo tiempo. En otras palabras, no puede llover y no llover al mismo tiempo.

Si uno puede probar una violación de este principio en las Escrituras, entonces y sólo entonces se puede probar una contradicción. Por ejemplo, si la Biblia dijera (cosa que no dice) que Jesús murió crucificado simultáneamente en Jerusalén y en Nazaret, entonces eso sería un error demostrable.

Al considerar posibles contradicciones, es de suma importancia recordar que dos afirmaciones pueden diferir sin ser contradictorias. Algunos no logran distinguir entre contradicción y desviación.

Por ejemplo, está el caso de los ciegos de Jericó. Mateo registra que dos ciegos se encontraron con Jesús, mientras que Marcos y Lucas mencionan sólo uno. Pero ninguna de estas dos afirmaciones niega a la otra; más bien, se complementan.

Imagínese hablar con el alcalde de su ciudad y el jefe de policía del ayuntamiento. Más tarde conoces a tu amigo Jim y le cuentas que hoy hablaste con el alcalde. Una hora más tarde te encuentras con tu amigo John y le cuentas que hoy hablaste tanto con el alcalde como con el jefe de policía.

Cuando tus amigos intercambian opiniones, encuentran una aparente contradicción. Pero no hay ninguna contradicción. Si le hubieras dicho a Jim que sólo habías hablado con el alcalde, habrías contradicho lo que le dijiste a John.

Las declaraciones que realmente les hizo a Jim y John son diferentes pero no contradictorias. De manera similar, muchas declaraciones bíblicas también entran en esta categoría. Mucha gente cree encontrar errores en pasajes que no han leído correctamente.

En el libro de Jueces tenemos un relato de la muerte de Sísara. Jueces 5:25-27 supuestamente dice que Jael lo mató con un martillo y una estaca mientras bebía leche. Jueces 4:21 dice que ella lo hizo mientras él dormía. Pero una lectura más cercana de Jueces 5:25-27 mostrará que no dice que estuviera bebiendo leche en el momento del portazo. Entonces la contradicción desaparece.

A veces dos pasajes parecen contradecirse porque la traducción no es tan precisa como podría ser. El conocimiento de los idiomas originales de la Biblia puede eliminar inmediatamente estas dificultades, porque tanto el griego como el hebreo, como todos los idiomas, tienen peculiaridades que los hacen difíciles de traducir al alemán o a cualquier otro idioma.

También hay que subrayar que no es razonable afirmar que un pasaje de la Biblia contiene un error demostrable cuando existe una posible explicación para esta dificultad. Algunos problemas en las Escrituras surgen de un conocimiento inadecuado de las circunstancias y no necesariamente implican error. Simplemente prueban que no conocemos los antecedentes. A medida que avanza la investigación histórica y arqueológica, se arroja nueva luz sobre pasajes difíciles y muchos «errores» han desaparecido con una nueva comprensión. Algunos problemas requieren un enfoque de esperar y ver qué pasa.

Aunque no se han resuelto todas las dificultades y contradicciones de la Biblia, creemos firmemente que estos problemas desaparecerán a medida que se adquiera más conocimiento sobre el entorno de la Biblia. La idea bíblica de Dios es la de un ser omnisciente, omnipotente, que no se contradice, por lo que estamos convencidos de que su palabra, bien entendida, tampoco se contradice.