Sí, excepto el pecado. Todos los descendientes de Adán (todos los hombres, mujeres y niños vivos en este momento) tienen una naturaleza pecaminosa (Romanos 5). Pero el Señor Jesús no tenía tal naturaleza pecaminosa. Fue “tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Observemos con atención lo siguiente:

Cristo no cometió ninguna acción pecaminosa: “El cual no hizo pecado” (1. Pedro 2:22).

No conoció pecado: “Al que no conoció pecado” (2. Corintios 5:21).

En él no había pecado (es decir, una naturaleza pecaminosa); por lo tanto, no podía pecar (1. Juan 3:5, compárese con v. 9)